lunes, 20 de junio de 2011

Quedate con el vuelto

Resulta sorprende como, de un tiempo a ésta parte, los argentinos nos hemos acostumbrando a convivir con la corrupción, naturalizándola y, por tanto, tomándola como algo inevitable.
Claro que lo primero que cualquiera asocia al término corrupción, no es otra cosa que la actividad política en todas las esferas del poder, desde los punteros barriales hasta el mismismo presidente. Pero es una zoncera el pensar que ésta zoncera se limita solamente a ese ámbito: la corrupción resulta evidente en varios lugares, como el fútbol, como las empresas, como las grandes instituciones (léase, la educativa, la militar, la clerical), como la misma vida cotidiana.
Es justamente esto, quizás, lo que haga que la corrupción estrella (la de los políticos) sea tomada como algo normal. Jauretche diría “no somos zonzos, nos hacen zonzos” y cuanta razón tiene: durante décadas y décadas nos han metido la mano en el bolsillo descaradamente, aumentando su fortuna personal en detrimento del bienestar de todos.
Si hemos de recurrir a la historia para dar cuenta de esto, debemos situarnos en la década del ´20 del siglo XIX, con una Rivadavia pidiendo empréstitos ingleses para contribuir al “progreso nacional”. Medio siglo después, el modelo agro-exportador se encargaría de lustrarle las botas a gran Bretaña, profundizando la política de alabanza para con la potencia dominante de turno; y casi un siglo después, los militares se encargaron de endiosar a Adam Smth y al modelo liberal, enterrado al país en deudas. Deudas contraídas por pocos, pero pagadas por todos.
Otro claro ejemplo de esto lo tenemos en la reciente década de la pizza y el champagne, de los viajes a Miami, del uno a uno, en fin, de la fiesta clasemedista ininterrumpida.
Dicen que la historia es cíclica, que se repite. Con respecto a la corrupción política vemos en estos pocos ejemplos que los dichos son dichos por algo y que, siendo sinceros, no todos se basan en zonceras infundadas.
De cualquier manera, la política, o mejor dicho, los políticos, fueron construyendo con el mayor de los meritos su imagen que les valió un “que se vayan todos” a partir de la crisis del 2001 y por un buen tiempo. Si bien es cierto que el panorama ha cambiado (positivamente, creemos) en esta materia, no hay dudas de que sigue siendo un hecho que se lo mire con sospecha al político, que no termine de estar rodeados de un mar de dudas respecto a sus aptitudes éticas. Y esto se expresa en el mayor de los repudios que no es otra cosa que el desinterés por parte de gran parte de la población de participar de las cuestiones democráticas que nos atañen a todos, y con las cuales, al fin de cuenta, vivíamos a diario.
Nos gusta creer, con una mezcla de ingenuidad y esperanza, que los mismos que alientan a que el ciudadano común diga frases como “este político roba, pero por lo menos, algo hace”, han de ser los mismos que erradiquen estos vicios, despejando el nubarrón que azota a la política argentina desde hace unos buenos añares.

2 comentarios:

  1. Durante el periodo 2003-2010, el matrimonio Kirchner incrementó un 710% su patrimonio. En 2003, cuando llegaron a la Casa Rosada reconocieron $ 6.851.810 . En su ultima declaración jurada reconocieron $ 55.537.290. Esta gran diferencia se justifica por beneficios en ventas inmobiliarias. Saben vender muy bien sus terrenos y casas no ? jajaja

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  2. Ahí tenemos otra razón por la cual persiste esta idea, justificado sin dudas en este tipo de casos, de que los políticos "andan en cosas raras".
    Haciendo honor a mi ignorancia, te pregunto, ¿como podemos acceder a este tipo de información que, claramente, no encontramos en los medios, o que no tenemos al alcance inmediato de nuestra mano?
    Sería muy esclarecedor poder hallar vías alternativas desde las cuales encarar los hechos, pero lamentablemente muchos no sabemos o nos damos el tiempo suficiente como para investigarlo debidamente.

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