miércoles, 31 de octubre de 2012

Héroes del silencio/II

Le costó pero lo logró. Dejó cerebro, alma y dinero pero lo logró: Lucas entró a la universidad. No sabía bien a qué iba, pero fue.
Había visto alguna que otra película yanqui en la que se retrataba lo duro de la vida universitaria, las fraternidades, las bromas en los lockers, los amores en los bailes de graduación y la tirada al aire de sombreros en forma de T. Entró con esa idea y no tardó mas de diez segundos en darse cuenta de que, al menos acá, nada tenía que ver con lo que veía en las pantallas de la tele y el cine.
A pesar de tratarse de una universidad pública le costaba ir, juntar los pesos para pagar el bondi y algún que otro almuerzo ocasionalmente obligado. Pero con esfuerzo pudo sortearlo todo.
Su situación académica era sobresaliente. De un día para otro brotaron los compañeros/amigos con lo que podía reír, discutir y embroncanrse. Sin embargo, siempre sintió que le faltaba algo.
Desde el primer día había visto en el hall central las mesas de las agrupaciones políticas de las que siempre tendió a huir más que a escucharlas. Un día, nunca supo cómo, se halló hablando con un muchacho alto, de barba puntiaguda y sonrisa fácil que le contaba de qué se trataba lo que hacían allí, cuales eran sus ideas, sus proyectos y demáses.
Tenía sus dudas. Lo pensó un par de días, pero terminó yendo. Fue entonces cuando descubrió que la universidad es mucho más que las materias rendidas o los amigos encontrados: encontró un lugar en el que podía "hacer algo".
Desde ese pequeño lugar empezó a luchar por los derechos de los estudiantes, a proponer mejoras académicas y ayuda para los compañeros que, como bien el sabía, tenían dificultades para ir a estudiar y comenzó a salir de ese pequeño mundo para aplicar al mundo real lo que los libros le decían. Colectas de ropa, de juguetes, de alimentos; juntadas con algunos compañeros para compartir una sopa o algo caliente con gente en situación de calle; traslado de la educación que pudo recibir hacía los barrios mas carenciados y la gente realmente necesitada; jornadas artísticas en las que una nariz de payaso y una sonrisa bastaban para entretener a decenas de chicos; y lo mas importante: el saber que el calor humano es la herramienta mas efectiva para empezar a reacomodar las piezas de este desquebrajado mundo. Lucas descubrió que podía hacer algo, que era realmente útil y que podía dar tanto o más de lo que recibió en suerte.
Los no-Lucas desfilan por la mesa en la que pasa horas ideando nuevos proyectos y piensan que es un vago, que no se va a recibir nunca, que pierde su tiempo, que es una molestia, un desperdicio. No tienen idea de que ese Lucas y los otros Lucas que están en ese y en tantos otros lugares son quienes dejan cuerpo y alma para que ellos, que no hacen nada pero que molestan a los que quieren hacer, vivan mejor mañana.
Ilusos.
                                                                                                                                  Publicado en Palabra Valija Nº 3, Octubre 2012.

lunes, 29 de octubre de 2012

Héroes del silencio /I

Todos en el pueblo saben quién es Graciela: los abuelos, los padres, los nietos y hasta algún que otro afortunado bisnieto. Hace años que dejó de ser persona para convertirse en un mito urbano, pero uno bien al alcance de la mano: cualquiera que camina las calles de Villa Unión la puede ver, saludar y quedarse un rato largo hablando con ella.
De padre carpintero y madre ama de casa, Graciela creció con toda la educación que pudo recibir y fue la primera que pudo irse a la gran ciudad para estudiar algo que le diera "un buen pasar", como siempre le decían en su familia. Muchos pensaron que no volvería, pero el tiempo y el cariño hizo que regresara a casa, con su gente y, sobre todo, para su gente.
Fundó la primera escuela de la zona, fue su primera maestra y directora y realizó una campaña de alfabetización al mejor estilo Freire. Al principio fue duro, durísimo tener que presentar ese mundo nuevo lleno de números y palabras extrañas para todos los vecinitos y vecinitas. Lo siempre sencillo fue recibir y transmitir el amor de su gente, y es en realidad por esto que es tan querida: fue la segunda y casi primera madre de muchos villaunienses y les enseñó valores que fueron mucho mas allá de los manuales de lengua o los procesos orgánicos que se dan en el cuerpo humano.
Ya esta bien viejita "la seño", casi ni aparece por la escuela en la que son maestros y maestras quienes fueron sus alumnos. Todos la recuerdan y la estiman y no son pocos los niños que escucharon su historia o los viejos alumnos que van a verla a la casita en la que vive desde que volvió de la ciudad.
Una leyenda urbana, un mito, una heroína es lo que fue y será Graciela y, si bien no aparece en ningún poster y no se filmó ninguna película que cuenta su historia, el legado de "la seño", pequeña partícula del sueño de un mundo mejor, es invaluable e irreemplazable para los vecinos de Villa Unión.

                                                                                                                                   Publicado en Palabra Valija Nº 3, Octubre 2012.

                                                                                                    

miércoles, 17 de octubre de 2012

Hijo prodigo, padre iracundo


Desde lo alto de los cielos,
O lo bajo del inframundo,
El señor todopoderoso castiga
Sin palo y sin rebenque,

Como si en la vida no existiese el perdón,
Como si en la muerte no fuese posible la redención,
Azota porfiadamente a los blasfemos,
A los hijos del pecado,

Para infundir el ejemplo,
Para someter con el miedo,
Para no dejar lugar al azar,
Y envolver todo con el implacable manto de la creencia,

Su sabiduría es eterna,
Su moral incorruptible,
Su mirada, omnipresente
Pero su existencia es ideal,

Construido a imagen y semejanza del hombre,
Depositario de los valores supremos,
No es más (ni menos) que el centinela al que todos temen,
Hasta los mismos hombres que lo inventaron,

Hace varios siglos, llegó el día en el que el invento aterrorizó al creador,
Y todos le hicieron caso,
Y todos desearon ser como él
Y todos dijeron...
                                                                                                           Amén.

martes, 16 de octubre de 2012

Enemiga del silencio



Existe desde que pisamos o salimos de la tierra. Atemporal, inexplicablemente placentera, se conecta con nosotros de una forma particular e irremplazable.
Nosotros no la hacemos, ella nos hace a nosotros. Somos parte de ella y solo algunos llegan a sacarla de su interior para compartirla con el resto. Pero todos la sentimos, todos la vivimos, todos la soñamos, la amamos y la odiamos, pero la tarareamos y la cantamos. Llena los vacíos de nuestras vidas y completa algunos otros.
La venden pero no se vende, la comercializan pero no se vuelve producto, jamás. Es sentimiento puro, es anhelo y remembranza. Es viajera pero a la vez nos transporta hacia otros tiempos y otros lugares.
Es aquello que nos mueve, que nos estimula, que nos hace conocernos más y entender la vida de diferentes maneras. Es todo y es nada, es la música bendita que nos compone bandas sonoras a la medida del oído y el ritmo que cada uno de nosotros tenga.

                                                                                   Publicado en Palabra Valija Nº 3, Octubre 2012.

jueves, 4 de octubre de 2012

Heridas

Días, meses y estaciones pasaron,
Horas de televisión, hojas de diarios,
Lamentos, broncas y reclamos,

Todo pareciera haberse apagado,

Como ya pasó, como pasa,
Como...¿pasará?

El hermano, el hijo, el padre y la madre,
El amigo, el sobrino, el nieto y el primo,
Todos ellos piden justicia, incansablemente,

Y nosotros acá, viajando,
Sufriendo, lamentando,
Puteando y violentando,

Pero haciendo absolutamente nada,
Esperando que "ellos" hagan,
Que "ellos" arreglen,

Las cosas no se arreglan solas,
Si no me creen,
Sigan esperando.