Chocolate por LA noticia

Fin de la incógnita. En el día de la fecha la actual presidenta, Cristina Fernández, anunció que será candidata para su reelección en los próximos comicios a celebrarse en Agosto y Octubre.

Ahora queda menos de una semana para especular quién será su acompañante en la fórmula presidencial. Se dice que podría ser Alicia Kirchner, Martín Sabattella, Sergio Capitanich (actual gobernador de Chaco), entre otros. Como suele suceder, probablemente no sea ninguno de estos tres quien acompañe a Cristina, pero eso se verá una vez que la deducible puja por ocupar ese puesto se disuelva antes del sábado próximo a media noche.

Si algún integrante de la oposición al actual gobierno tenía alguna esperanza de que la poderosa (polémica, cuestionada, pero poderosa al fin de cuentas) primer mandataria no se presentaría para la continuación de su gobierno, éstas dudas se disiparon hace algunas horas. Más de uno se debe estar agarrando la cabeza: es evidente que por más a favor o más en contra que se este de este personaje, es altamente probable que gane, y dicen por mucho, las próximas elecciones presidenciales.

Más allá de todo esto, que resulta obvio para cualquiera que siga un poco, solo un poco, las cuestiones políticas del país, con este anuncio se abren un par de interrogante que solo el tiempo se encargará de responder: creyendo que la presidente se encuentra tan cansada física y emocionalmente como dicen ¿le será posible afrontar un presumible segundo mandato? por otra parte, y para esperanza de muchos no devotos y críticos de la actual gestión ¿desaparecerá la nube de corrupción que envuelve apellidos como De Vido, Jaime, o el mismismo Kirchner? y si nos centramos en las pujas en las altas esferas del poder ¿qué pasará con Moyano, ese personaje tan cuestionado de quién, se piensa, puede parar un país con solo mover un dedo?

Claro esta, que las preguntas son muchas más. Claro esta también que esto pretende ser una primerísima aproximación, al menos, del anuncio que fue visto por millones de personas por cadena nacional. Las solas repercusiones mediáticas y que se ven en la calle, da cuenta de algo irrefutable: el kirchnerismo será un fenómeno progresista, o un fenómeno demagogo, pero nadie puede dudar de que es un fenómeno por demás interesante, que despierta tantas pasiones como odios.