miércoles, 20 de abril de 2011

Acerca de "cambiar el mundo"

Generaciones y generaciones se han ocupado de colocar a esa frase en la categoría de lo "utópico".
Probablemente hayan estado en lo cierto en algún sentido, dado que resulta impensable (y suena "ilógico", ante nuestra querida madre, la razón) que una sola persona pueda cambiar el orden de lo existente. Primero, por una cuestión de dimensiones: simplemente no da ni el tiempo, ni el espacio para que ello pueda suceder. Segundo, porque probablemente ellos mismos han intentado hacerlo, a su manera, alguna vez, pero se han encontrado con las mismas barreras que nos encontramos nosotros: el "no" hereditario, que implanta esa idea de anquilosamiento social, directamente relacionada con una imposibilidad de producir algún tipo de cambio significativo. 
Sin embargo, en ese "no", no se concibe la idea de un proceso histórico, a largo plazo, en el que ciertas cuestiones del mundo moderno pueden llegar a modificarse. 
Les propongo tomar una frase que, a mi entender, lo resume todo: "persiguiendo utopias se consiguen grandes realidades" ¿Qué significa esto? Bien, esta es una de las tantas interpretaciones que puede llegar a tener: utopía y miedo actúan de la misma forma, instalando un efecto paralizante que genera una detención en quien la experimenta. El miedo a lo desconocido es, muchas veces, mucho más fuerte que la curiosidad o las ansías de ir mas allá. Pero el miedo, como prácticamente todo, esta basado es una concepción social: tenemos miedo a lo que nos enseñaron que hay que temer, yendo desde el monstruo debajo de la cama, hasta la mismísima muerte. La utopía quizás venga, desde sus mismísimos orígenes, mal entendida: Tomas Moro la utilizó para referirse al "lugar que no existe" (en griego: "Ou" = No / "Topos" = Lugar). Y es que ese lugar no existe porque nosotros no concebimos que pueda llegar, algún día, a existir. Esa falta que visión, nos repliega y genera que nos quedemos en el molde, resignándonos, y llevándonos a decir frases del tipo: "es lo que hay". 
Sí todos nos quejamos por variados motivos, (desde la mortalidad infantil en áfrica, pasando por las quejas contra los gobiernos, y terminando en el robo del celular en la esquina de su casa) ¿por qué no hacemos nada para que esas quejas desaparezcan? ¿por qué esperar pasivamente a que los problemas se resuelvan "desde arriba?
La utopía de "cambiar el mundo" suena demasiado ambiciosa, pero en realidad debe tomarse como lo que realmente es: el fin último de un largo proceso cuyo inicio esta ante nuestros ojos y a nuestro alcance inmediato: cambiar nuestro propio mundo. No soy ni el primero, ni el último que va a escribir esto, pero frases armadas como: "el cambio esta en vos" o "el cambio empieza por vos mismo" me resultan por demás oportunas para esta cuestión. La utopía no debe servir más que como una guía, un objetivo a partir del cual actuar de distintas maneras para poder alcanzarlo; y en esas "distintas maneras" se encuentra la parte de "construir grandes realidades".


Probablemente no lleguemos a cambiar el mundo, pero al menos, algo habremos hecho.

4 comentarios:

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  2. La revolución está en las conciencias!!!

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  3. Dicen que el idealismo se va con el pasar del tiempo, hay quienes quieren que no se vaya, hay quienes nunca lo tuvieron. Es increíble como comparan el verbo crecer con el de "resignarse". Es triste también.

    Besaso caballero.

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  4. "Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos"

    Somos la indiferencia, o la acción transformadora...lo que hagamos de este temporal, es lo que seremos.

    =) Te quiero besssssstia!

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